Flor del Alba Cruz Valdez, una joven dominicana de 25 años, ha emergido como una figura destacada en el ámbito estudiantil argentino. Nacida en República Dominicana, Flor llegó a Argentina a la edad de siete años, cuando su familia se estableció en Pergamino, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Desde pequeña, mostró una gran pasión por la comunicación, un interés que la llevó a trasladarse a Rosario para estudiar Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Desde sus inicios, Flor ha estado comprometida con la militancia radical, defendiendo los derechos de los estudiantes y luchando por una educación más justa y accesible. En su camino, encontró inspiración en una profesora del secundario, quien, al notar su entusiasmo por el periodismo deportivo, le sugirió que explorara la carrera de Comunicación Social. Aunque su sueño original era relatar partidos de fútbol, un campo a menudo hostil para las mujeres, Flor supo encontrar su lugar en la defensa de los derechos estudiantiles.
Su compromiso no pasó desapercibido; hace dos años fue elegida presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y en el último año, asumió el máximo cargo de la Federación Universitaria de Rosario (FUR). Bajo su liderazgo, la FUR se ha convertido en un bastión de resistencia frente a las políticas del gobierno de Javier Milei, especialmente en lo que respecta a los recortes presupuestarios en la educación.
Sin embargo, su valentía al alzar la voz también la ha convertido en blanco de ataques. Recientemente, Flor fue víctima de un ataque troll xenófobo y racista, tras liderar la organización local de la marcha federal universitaria, donde cientos de estudiantes se unieron para reclamar un mayor presupuesto para la educación. Estos ataques no han silenciado su voz, por el contrario, la han motivado a seguir luchando por una educación inclusiva y equitativa.
Así es su propio relato: “El viernes publico en mi red social los comentarios que recibí en torno a la publicación de defensa de la educación pública, en la cual no nombré a ningún gobernante, ni siquiera nombré al Presidente de la Nación, y sin embargo recibí agresiones de tipo racistas y xenófobas, no solamente comentarios y disidencias, que puede haber, porque estamos en democracia, sabemos que no todos pensamos lo mismo, sino un fuerte y brutal ataque hacia mí persona”.
Flor del Alba Cruz Valdez (que le debe su nombre al merengue de Fernando Villalona), no solo es una líder estudiantil, sino también un símbolo de resiliencia y determinación. Su historia, marcada por la superación y el compromiso social, inspira a otros jóvenes a defender sus ideales y a nunca rendirse ante la adversidad.
