Santo Domingo. – Un análisis econométrico realizado a partir de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar-2024) ha revelado que el analfabetismo en la República Dominicana sigue teniendo un impacto significativo en determinados sectores de la población. El estudio, divulgado por el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice), evidencia que las personas que residen en zonas rurales, los adultos mayores y los hogares con menores ingresos económicos presentan mayores probabilidades de no saber leer ni escribir.
De acuerdo con el informe, estas disparidades educativas reflejan desigualdades estructurales que han persistido a lo largo del tiempo y que se intensificaron durante los años más críticos de la pandemia del COVID-19. No obstante, los datos más recientes indican que la tasa de analfabetismo comienza a estabilizarse nuevamente a los niveles anteriores a la crisis sanitaria mundial.
El documento señala que, según la Enhogar-2024, el porcentaje de personas que no saben leer ni escribir se ha reducido a un 6.0 %, mientras que la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) estima este indicador en un 5.6 %. Ambas cifras sugieren una leve mejoría en los niveles de alfabetización del país, aunque las brechas siguen siendo preocupantes en ciertos segmentos poblacionales.
Diferencias regionales marcadas
El análisis también destaca importantes diferencias geográficas. Las regiones del Suroeste y el Cibao Nordeste presentan tasas de analfabetismo significativamente más altas en comparación con la Zona Metropolitana. Esta tendencia se mantiene incluso al controlar variables como el nivel de escolaridad, la edad, el género y la condición laboral, lo que apunta a una concentración del fenómeno en áreas donde históricamente ha habido menos inversión educativa y menor acceso a servicios públicos de calidad.
Perfil del analfabetismo
El estudio resalta que los adultos mayores, especialmente aquellos mayores de 60 años, conforman el grupo con mayores tasas de iletrados. Esta situación se vincula tanto a la baja cobertura educativa en décadas pasadas como a la escasa participación de estos grupos en programas de alfabetización actuales. Además, se evidencia que en los hogares con ingresos más bajos, el analfabetismo persiste como una barrera que limita el acceso a mejores oportunidades económicas y sociales.
Llamado a políticas focalizadas
Ante estos hallazgos, el Ideice hace un llamado a las autoridades a reforzar las estrategias nacionales de alfabetización, especialmente aquellas que se enfocan en zonas rurales y grupos vulnerables. La institución considera necesario implementar políticas públicas más focalizadas, con enfoque territorial y sensibilidad intergeneracional, para cerrar las brechas y garantizar el derecho a la educación básica para todos los ciudadanos, sin importar su origen, edad o condición social.
El informe concluye que si bien el país ha hecho progresos importantes en la reducción del analfabetismo, los desafíos actuales requieren intervenciones sostenidas y una mayor articulación entre los sectores educativo, social y económico para lograr una alfabetización plena y equitativa en todo el territorio nacional.